Qué mejor manera de empezar el día que levantarse pronto por la mañana, ponerse el bañador y llamar a tu instructor de buceo para que te de una clase en el arrecife. Se ponen las máscaras de buceo, comprueban el oxígeno y bajan. Y allí, en el fondo marino, no prestan atención a los peces ni a la belleza del coral, sino que instructor y alumna se lían y se tocan como si estuvieran en la mejor cama. ¿Y como acaba la cosa? Con una buena mamada submarina
Post a Comment