Esta madurita no quiere que se le pase el arroz y aprovecha todo lo que puede cada noche, su cama ya está muy gastada, ahora prefiere hacerlo todo en el sofá, probar nuevos sitios: la cocina, el baño, cualquier parte de la casa vale. Eso sí, es fundamental que la acompañe la polla de su marido, ¡sin ella no sabría qué hacer!
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