Los tripulantes de su barco tuvieron que dejarla en tierra firme porque eran incapaces de atender a sus labores sin sentir la necesidad de desnudarla y besarle todo el cuerpo y más. Ella, ahora, sin barco, espera a que algún buque pase a recogerla tarde o temprano, cargado de hombres como nosotros que seguro sabremos tratarla con tacto...
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