Tímida y dulce llega esta chica con sus dulces pechos, con su ropa interior, dispuesta a quitársela si nosotros le prometemos que vamos a conseguir que se corra dos, tres veces. Está loca por follar y por mostrarnos todo lo que aquí sólo podemos intuir. Pero a veces la intuición es el placer primerizo de la eyaculación final.
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